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MI AMADA BOGOTÁ

 

UFF…BOGOTÁ, MI AMADA CIUDAD

 

Esta es mi Ciudad, mi amada y odiada Bogotá. Tan grande y tan indomable que diariamente recibe cientos de personas de diferentes lugares. Muchos llegan a ella con deseos de triunfar y de olvidar el dolor de la violencia que los acompaña. Caminan sus calles con las ilusiones de salir adelante y dejar un pasado lleno de miseria, hambre y maltratos.
Tú, mi amada Bogotá los recibes con los brazos abiertos aún sabiendo que nunca te lo agradecerán.
Esta es mi ciudad, la que me recibió desde los tres años sin preguntar ni pedir nada a cambio, me brindo la puerta para saber que está bien y que está mal.
Esta es mi ciudad, cuna de mis sueños  y esperanzas. Aprendo de ti cada día y lloro al ver cómo te maltratamos, porque eres de Todos y de Nadie, porque estás llena de tantas culturas que olvidamos la tuya. Como dice Carlos Palacios “Bogotá es una muñeca vestida con los trapos de la historia” historia que cada año se hace presente en tu cumpleaños, historia llena de fantasías, ilusiones, tristezas y esperanzas para todos aquellos que te invaden. Historia de violencia porque nuestra Bogotá  fue habitada por nuestros indígenas antes de la invasión, perdón, de su fundación el 6 de agosto de 1538 por el Sr Gonzalo Jiménez de Quesada quien te explotó, lastimó y maltrató tus habitantes, por codicia y poder. Te dejó con 12 bohíos y una capilla con el fin de seguirte  dominando, te llamaron Nuevo Reino de Granada, Nuestra Sra. de la Esperanza, Bogotá y finalmente en 1991, Santafé de Bogotá Distrito Capital.
Eres testigo de la historia y del presente de muchos, todos tus gobernantes quieren tu sangre hasta desahuciarte
Esta es mi ciudad Bogotá, llena de misterios, recuerdos y travesías, llena de cafés donde se reúnen los amantes, los amigos y los desconocidos a regalarte minutos de compañía.
Esta es mi ciudad, llena de románticos empedernidos que cuando llega la noche ven tu hermosura con tus magnificas construcciones con esplendor y sencillez y cuando llega el amanecer, miles de personas te saludan, te bendicen o te odian. En la calle tienen la esperanza de que cambies, pero todos esperan a que todos hagan lo que cada uno debe hacer.
“Cuidarte, amarte y respetarte mi amada Bogotá”